La presencia de una hucha en casa para los más pequeños (habitualmente con forma de cerdito) ha sido y es habitual en muchos hogares. Es el elemento que les invita a ahorrar de una forma simpática. Pero, además de enseñarles el hábito de ir metiendo dinero en esa hucha, hay que explicarles el porqué de ese ahorro, y que es algo que requiere mucha constancia.
Desde el momento en que les asignemos una paga, ya sea semanal o mensual, les explicaremos la importancia de ahorrar: que esto servirá para conseguir ese juguete que tanto quieren, o para lograr una meta que desean (como ropa, un libro, una bicicleta, o una excursión del colegio). Es una forma de transmitirles el concepto de ahorro como algo positivo y motivador que va a redundar en su felicidad. También es adecuado indicarles que esto puede ser “un fondo de emergencia por si nos surgen imprevistos” indica Juana León, experta en finanzas y directora del proyecto educativo Aprender Cuenta.
Evidentemente, empezaremos por cantidades pequeñas y por metas más sencillas, que se irán complicando conforme los pequeños vayan creciendo. Además, les ayudaremos a hacer las cuentas para calcular cuánto dinero y cuánto tiempo necesitan para conseguir su objetivo. Así, “los primeros objetivos de ahorro deben ser a corto plazo, entre 15-20 días, para que sean fáciles de alcanzar, los niños no se desanimen, y disfruten de su recompensa rápidamente”, puntualiza Juana León.
Pero el concepto de ahorro abarca mucho más que lo monetario, por lo que debemos inculcarles a nuestros hijos que ahorrar también es cuidar las cosas y los recursos naturales, y no solo comprar y comprar constantemente. “Con hábitos de consumo adecuados gastamos menos y podemos destinar más dinero a nuestros objetivos de ahorro. Podemos intercambiarnos juguetes, libros, etcétera, con amigos, por ejemplo. Así, además de aprender a compartir no tenemos que gastar dinero comprándolos”, remata la financiera León.
6 trucos y recursos de aprendizaje financiero para niños
Para llevar a cabo la educación financiera podemos practicar con los niños diferentes acciones, algunas de ellas más divertidas o lúdicas, lo que nos facilitará la tarea del aprendizaje. Estos trucos te pueden ayudar:
1- Hacer la lista de la compra juntos, intentando calcular más o menos lo que valen los productos. Haremos especial hincapié en los alimentos que ellos solicitan.
2- Jugar a las tiendas con dinero ficticio. Si el pequeño es el vendedor y se hace cargo de la caja registradora, podrá aprender mejor a identificar y manejar el dinero.
3- Dejar pagar a los niños de vez en cuando en sus “pequeñas compras”.
4- Jugar a juegos de mesa de tipo ‘Monopoly’, en los que hay que comprar y vender y las transacciones financieras son las protagonistas. Ellos deben invertir dinero, pero también pueden perderlo todo y acabar en la quiebra.
5- Enseñarles a prestar pequeñas cantidades de dinero a sus hermanos o amigos, por ejemplo.
6- Leer cuentos en los que los protagonistas sean personajes ahorradores.
Texto de Webconsultas.com