En un mundo inmerso en la civilización digital, el sector de las finanzas no podría quedar ajeno a esta etapa de la revolución humana. Para adaptar la aplicación de la tecnología digital al sector surge la denominación #FinTech, un término compuesto que viene del inglés y reproduce la simbiosis silábica de las palabras Finance y Technology. Con ella se integra a las empresas de servicios financieros que utilizan la última tecnología existente para poder ofrecer productos y servicios innovadores.
Esta es una guía sucinta que responde a las principales cuestiones de qué son las empresas #Fintech y cuáles son sus intereses y su función.
1- Actividad. Estas compañías se dedican a intermediar en el mundo de las finanzas en múltiples aspectos: transferencias de dinero, préstamos, en las compras y ventas de títulos o en el asesoramiento financiero y de inversiones, entre otras.
2- Origen y consolidación. Aunque con la irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) el sector financiero ha ido incorporando y aplicando estas funcionalidades a sus servicios, como ha ocurrido con la práctica totalidad de los sectores productivos, su rápida consolidación guarda una clara relación con la depresión desatada a partir de 2007, tras la crisis producida por la caída del gran banco de inversiones Lehman Brothers. El escándalo internacional y las repercusiones de esa crisis que todavía padecen las economías de los países desarrollados produjo un enorme descontento con el funcionamiento de la banca tradicional, que propició el caldo de cultivo en el que han crecido empresas con nuevas alternativas de inversión. A ello también ha ayudado que, poco a poco, se van aprobando nuevas regulaciones legales que ofrecen un marco normativo hasta ahora inexistente que proporciona confianza al inversor y usuario de sus servicios.
3- Tipos. Estas compañías se encargan de intermediar en todos los ámbitos de manera que actúan como brokers, mediadores de pago, emisores y receptores de transferencias o como asesores financieros, entre otras funciones. Dependiendo de esta dedicación, pueden ser de financiación de particulares y empresas; de trasferencia de fondos, quitando el monopolio hasta ahora de los bancos; asesoramiento financiero y en inversiones; y pagos y cobros a través de smartphone y dispositivos móviles.
4- Colaboración. Prueba del auge y pujanza de este tipo de empresas, existe ya en España una entidad que las agrupa: la Asociación Española Fintech e Insurtech que asegura tener casi un centenar de entidades adheridas y un objetivo común: “crear un entorno favorable para el desarrollo” de esta clase de sociedades.
5- Especialización. Una prueba de la fortaleza de este tipo de actividad empresarial es que ya hay formación universitaria en este campo, como cursos de experto universitario que capacitan para ejercer de profesional en las finanzas digitales. Las #FinTech, pues, no solo han venido para quedarse sino que ya forman parte cada vez con mayor peso de la demanda de servicios en el entramado financiero e inversor de la sociedad.