Si usted pregunta a cualquier banco cuánto le ofrece por dejarle dinero, le contestará que cero o dos o tres décimas como mucho. Si quiere más, le venderán un fondo de inversión (que normalmente tiene riesgo). Le explicarán que, si los tipos oficiales son negativos, no le pueden dar más. Y es cierto, pero, además, la drástica bajada de la remuneración de cuentas y depósitos es el principal elemento que mantiene a flote los márgenes y beneficios del sector, por encima de la reducción de costes y de las menores provisiones para los activos tóxicos.
Este comportamiento es el que explica la mejoría (o al menos el mantenimiento) del margen de intereses, el núcleo del negocio bancario. Este margen mide la diferencia entre los intereses que el banco cobra por los créditos y los que paga por sus recursos, que provienen de los clientes —cuentas y depósitos— o de los mercados. En el lado de los préstamos, la banca ha duplicado el diferencial sobre el euríbor desde el inicio de la crisis hasta una media de 300 puntos básicos (tres puntos porcentuales), según el Banco de España. Sin embargo, el volumen de crédito se sigue reduciendo, aunque a un ritmo cada vez menor por la recuperación económica, y esta subida de los diferenciales no basta para compensar este efecto.
Vía El Confidencial.com Leer más